Automatizar el habla
los trayectos
las respuestas
el dolor
el humo
las respiraciones
el no-preguntar
Automatizar
la espera
la dicha
la distancia
las palabras que nadie quiere
las listas como esta.
Este otoño empecé a estudiar inglés con el propósito de que dentro de unos años pueda mantener una mínima conversación en inglés (al menos para defenderme un poco cuando viajo), y para entender algunas cosas escritas sin tener que recurrir siempre a buscar traducciones o ayuda de alguien (estudié francés en su día y bien poco me queda por lo poco que lo he usado). Esto lo digo por los automatismos y tu poema. El lenguaje como fenómeno me parece algo fascinante y llevo tiempo ya reflexionando sobre este tema a partir de haber leído algo de Wittgenstein. Por algo que intuyo de comentarios que te he leído, creo, tal vez sin fundamento alguno, que igual tienes relación profesional con la filología, con lo que seguro que sabrás mucho más del tema. En fin, que le doy vueltas (y le pienso seguir dando) al hecho -en principio obvio e intrascendente- de que el lenguaje se basa en un complejo sistema nuclear de automatismos. Desde cómo definimos por ejemplo un color con una palabra precisa (azul, rojo...), hasta breves combinaciones de palabras que suponen una expresión, hasta conversaciones enteras, tal vez no muy largas eso sí, basadas en componentes automáticos (al encontrarnos con alguien, diálogos de ascensor, etc.). Es como un DNA que funciona al nivel más elemental de una forma automática aunque sin embargo, todo ese sitema de automatismos sirven para mecanismos mucho más complejos como son la comunicación y la vida, en la que intervienen además otras cuestiones como el azar, la voluntad, la necesidad y un montón de sentimientos. Tu "contestador automático" me dejó sorprendido (qué coincidencias tan curiosas), habla de todo esto. "Los trayectos, las respuestas... la espera, la dicstancia... las palabras que nadie quiere..." Es genial. Un abrazo :)
Es que lo que quieren las personas son automatismos. El miedo es siempre una consecuencia directa de la incertidumbre. Quieren un horario fijo. Una ciudad donde vivir siempre. un despacho. Costumbres, manías y rutinas que configuran el carácter (o despojan de él) Es como a esos animales a los que recomiendan no cambiarles el mobiliario de sitio. Y probablemente el poema no tenga mucho que ver con todo esto. Pero sí en el sentido de que los automatismos son una coraza muy de nuestros días.
el habla
Este otoño empecé a estudiar inglés con el propósito de que dentro de unos años pueda mantener una mínima conversación en inglés (al menos para defenderme un poco cuando viajo), y para entender algunas cosas escritas sin tener que recurrir siempre a buscar traducciones o ayuda de alguien (estudié francés en su día y bien poco me queda por lo poco que lo he usado). Esto lo digo por los automatismos y tu poema. El lenguaje como fenómeno me parece algo fascinante y llevo tiempo ya reflexionando sobre este tema a partir de haber leído algo de Wittgenstein. Por algo que intuyo de comentarios que te he leído, creo, tal vez sin fundamento alguno, que igual tienes relación profesional con la filología, con lo que seguro que sabrás mucho más del tema. En fin, que le doy vueltas (y le pienso seguir dando) al hecho -en principio obvio e intrascendente- de que el lenguaje se basa en un complejo sistema nuclear de automatismos. Desde cómo definimos por ejemplo un color con una palabra precisa (azul, rojo...), hasta breves combinaciones de palabras que suponen una expresión, hasta conversaciones enteras, tal vez no muy largas eso sí, basadas en componentes automáticos (al encontrarnos con alguien, diálogos de ascensor, etc.). Es como un DNA que funciona al nivel más elemental de una forma automática aunque sin embargo, todo ese sitema de automatismos sirven para mecanismos mucho más complejos como son la comunicación y la vida, en la que intervienen además otras cuestiones como el azar, la voluntad, la necesidad y un montón de sentimientos.
ResponderEliminarTu "contestador automático" me dejó sorprendido (qué coincidencias tan curiosas), habla de todo esto. "Los trayectos, las respuestas... la espera, la dicstancia... las palabras que nadie quiere..."
Es genial.
Un abrazo :)
¿Y el alma? ¿También el alma se automatizará?
ResponderEliminarPor favor, no. Más libertad, más movimiento.
Poema Sobrecogedor. Con mayúscula.
Un besito.
Miss Carrousel
Vaya, ¡no había parado a pensármelo! Claro que sí, el movimiento es vida :)
EliminarSaludos
Es que lo que quieren las personas son automatismos. El miedo es siempre una consecuencia directa de la incertidumbre. Quieren un horario fijo. Una ciudad donde vivir siempre. un despacho. Costumbres, manías y rutinas que configuran el carácter (o despojan de él) Es como a esos animales a los que recomiendan no cambiarles el mobiliario de sitio. Y probablemente el poema no tenga mucho que ver con todo esto. Pero sí en el sentido de que los automatismos son una coraza muy de nuestros días.
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