Mis ojos fueron tu mirada.
Existimos así.
Tú los creaste
subordinados
a mi persona,
aprovechaste
te escondiste
ahí.
Habitamos.
Al fin
fuimos como unos ojos entreabiertos al morir.
i n c r e í b l e
ResponderEliminarNo hay nada más que decir.
Poco se puede decir, como apunta Jungle. Me recuerda que los ojos no nos proporcionan únicamente nuestra propia mirada.
ResponderEliminarTalento a raudales.
ResponderEliminar